Author: Maite Nicuesa
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Actualmente, existe una gran variedad de negocios. El emprendedor no solo debe decidir en qué sector quiere especializarse. De este modo, acota el tipo de productos y servicios que va a ofrecer al público objetivo. También puede reflexionar en torno a la esencia del emprendimiento. Y, en un entorno cambiante y en constante dinamismo, crece una tendencia en auge: los negocios itinerantes.
Proyectos que no se ubican en una única dirección
La imagen tradicional de un negocio convencional es la de un comercio situado en las instalaciones de un local. Un inmueble que se encuentra en una dirección concreta de un pueblo o una ciudad. Sin embargo, la esencia de un proyecto itinerante rompe con la perspectiva estática de un negocio que está fijado a un mismo entorno. Por ejemplo, una tienda itinerante es aquella que llega a nuevos destinos y se mueve a lo largo de la geografía para estar cerca de las personas.
La idea de negocio sorprende al público en un nuevo lugar en el que desarrolla su actividad de una forma temporal. Tras finalizar una etapa, comienza otro camino en un sitio diferente.
Beneficios de los negocios itinerantes
En primer lugar, el cambio de ubicación ofrece muchas posibilidades. Permite redescubrir la idea comercial desde ángulos diferentes puesto que las circunstancias externas influyen en la suerte del propio emprendimiento. Por otra parte, un negocio itinerante produce sorpresa en el público objetivo.
El hecho de saber que puede disfrutar de la oferta de forma temporal en su entorno de proximidad, es un aliciente para probar los productos o servicios. La propuesta de valor no solo reside en la búsqueda de la calidad, sino también en la exclusividad que se ofrece al público. Los negocios itinerantes también pueden estar alineados con el estilo de vida de un emprendedor que quiere viajar mientras crece profesionalmente.