Author: Maite Nicuesa
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La experiencia de compra de una persona puede dar lugar a diferentes valoraciones. Actualmente, es habitual que los compradores realicen una reseña online para compartir su opinión sobre un negocio. Pues bien, existen otras fórmulas que en ocasiones demanda el usuario: las hojas de reclamaciones.
Formalizar una queja por escrito y esperar una solución del establecimiento
Sin embargo, para redactar un documento de estas características deben producirse las condiciones necesarias para ello. A través de lo expuesto, el usuario expresa ante la autoridad competente en materia de consumo que sus derechos han sido vulnerados por algún motivo. Y por medio de la formalización del texto se inicia un proceso de resolución. El documento no solo puede especificar el hecho en sí mismo, sino también, cuál es el motivo de la reclamación y el objeto de la misma.
Antes de iniciar este proceso conviene valorar otras alternativas. Por ejemplo, es positivo que intentes encontrar un acuerdo con los responsables del establecimiento. Tal vez muestren la disposición necesaria para ofrecerte una solución.
Una hoja de reclamaciones contiene los datos que identifican al establecimiento implicado en el motivo de la queja. Y, por otra parte, también consta la identidad y otra información personal del solicitante. Se realizan diferentes copias del documento para que las partes implicadas en el proceso cuenten con la información del caso.
Un establecimiento tiene la responsabilidad de contar con este recurso
A través de esta medida una persona defiende sus derechos ante un establecimiento que los ha vulnerado. Por ello, un negocio debe contar con este recurso para ponerlo a disposición de quien lo demande. De hecho, el establecimiento también puede informar de esta cuestión al cliente por medio de un cartel situado en un punto de gran visibilidad. Por medio de la presentación de una hoja de estas características, el usuario deja constancia del hecho.